Canicas

Las canicas han caído. El suelo está inundado de color perla. Océano de ojos y de lágrimas. El silencio ha dejado de existir para dar paso al escándalo y a la inquietud. Las manos son suficientes para dejar de oír pero no son eficaces para dejar de sentir. El lamento ha caído como las canicas muy adentro. Pero las canicas dejarán de sonar mientras que su pesar será eterno.