Un comienzo por un comienzo

Todo se quedó en silencio de pronto y ella sintió una punzada muy dentro de sí. Nunca había sido tan consciente de que lo había perdido absolutamente todo y que ya no le quedaba nada por lo que seguir levantándose cada mañana. No miró por la ventana, no hizo falta, aquél era uno de esos días grises, lo sentía por todas partes, en ella misma. La humedad del ambiente le llegó a las manos, a la piel. Se percató de pronto de que era el momento de decidirse. Permanecer quieta o levantarse. Morir y seguir adelante.

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