3
de
agosto

Tenía los ojos hinchados de llorar en la oscuridad. El llanto había cesado, ahora se encontraba en ese instante de adaptación al silencio, ése en que se mira al vacío y se espera algo que haga reaccionar. Respiró hondo. Colocó los labios hacia dentro para sentirlos y siguió escuchando el silencio.

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