La decadencia ha llegado. Todo el camino ahora es cuesta abajo. Oigo voces pero no tienen ningún sentido. No son más que voces que ululan a mi alrededor. Sonidos inconexos e incongluentes. Como nosotros. Porque en realidad las personas somos absurdas, actuamos sin ningún tipo de mecanismo, nos dejamos llevar por los impulsos. Oscuridad. Ya nada tiene sentido. Un silbido me demuestra que el fin está aquí. Un estruendo que me mata, me aniquila poco a poco. Ojalá pudiera sentirlo de manera más intensa para ser más consciente de este momento. Acabará y nadie sabrá lo que sentí ni lo que significó para mí. Algunas imágenes se posan en mi frente pero no son recuerdos, ni siquiera son sueños, son películas de la vida que jamás llegué a alcanzar. Odio a todo el mundo porque nadie me ha querido. Nadie pudo darme una oportunidad en este juego tedioso. Yo podría haber vivido. Yo podría haber sido algo.

0 comentarios: