Remedio para la soledad II

Estaban desnudos, sudados y con el pecho acelerado. Él salió de la cama, fue al baño un segundo. Ella prefirió permanecer acurrucada en la cama. Agarró con fuerza la colcha mientras miraba al vacío, a la oscuridad. Eran más de las tres de la madrugada. No sabía muy bien qué acababa de ocurrir, su mente la había abandonado durante los cuarenta minutos que aquello había durado. Había hecho un pacto con su cuerpo que había consistido en ofrecerse por completo sin tener que involucrar sus pensamientos. Éstos estaban lejos, con otra persona, ésa misma de la que se había despedido aquella noche en una calle de Tribunal. Aquella noche no podía estar sola, pero era consciente de que para gozar del abrazo o de la caricia de un desconocido, tendría que darle su cuerpo primero. Y eso había hecho. Él regresó a la cama, se incorporó en un salto. Ella miraba hacia la pared. La nariz de él rozaba su cuello. Estaba frío, aún así, cogió sus brazos y los colocó sobre sí misma. “Abrázame” dijo. Estuvo a punto de decir su nombre, pero ¿cuál era? No lo recordaba. Definitivamente, ésa era la situación más triste que se le pudiera ocurrir. Suspiró con poco ímpetu, como si nada ya mereciera la pena. El hueco de la cama estaba ocupado, sin embargo, el vacío permanecía junto a ella. No estaba segura de que aquel remedio sirviera realmente para algo.

6 comentarios:

Justo dijo...

Pues si es muy triste, un abrazo sincero, con cariño y desde el respeto sin que con ello consigas nada que no sea mostrar tu afecto, es el mejor regalo que puedes obtener de cualquier amigo. Es normal ese vacío, si no hay ningún sentimiento, simplemente sexo… Pero eso ya va en función de cada persona y a veces con tal de no estar solos se inician relaciones, sin fundamento, sin sentimiento, donde el ponerse en el lugar del otro no tiene sentido, ni importancia.

Mª del Mar Gutiérrez dijo...

Oh Neli, me ha gustado mucho este relato. ¡Felicidades!!

Anónimo dijo...

dios mio cada dia me encta mas lo escribes sigue esta historia, y si puedo ser descarado o directo es personal? es experiencia?, madre neliada eres impresioante te felicidto espero que continues esta historia es muy buena

Nélida Devesa dijo...

Temo decepcionarte, pero lo único real en esta historia es el paseo de Tribunal a Bravo Murillo a las tres de la mañana. Me alegro de que os guste, porque, sí, pretendo continuarla. Hay más que contar sobre ellos.

Nélida Devesa dijo...
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Nélida Devesa dijo...
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