La noche es oscura, tan oscura como cabía esperar. Evitaré mirar por la ventana por si lo que me espera fuera es más de lo que pueda soportar. A veces me pregunto si no es más que una ilusión o un sueño. Tal vez no sea más que un juego que el destino cruel ha decidido poner en nuestras manos. La vida. Tantas definiciones absurdas que le sientan como un guante al fin y al cabo. Últimamente divago demasiado. Busco respuestas para preguntas que aún no me he formulado. Cada vez con más frecuencia tengo la sensación de que me encuentro en un punto muerto, que espero que algo ocurra, que una luz me ilumine, no sé, que “algo” pase. Algo que me haga despertar de este sueño tan monótono, algo que me inspire, algo que pueda recordar con facilidad. Observo a los demás y los compadezco porque están perdidos, porque se engañan a sí mismos en muchos casos, dándose oportunidades que no merecen la pena o trazando planes que nunca llegarán a concluir. Los compadezco, siento lástima por ellos, pero ¿no debería ser yo aquélla de la que sintieran lástima? ¿Acaso no estoy yo más perdida que ellos? Pues si ellos están igualmente perdidos, existe un elemento que nos diferencia claramente y es la aceptación del hecho en sí. Soy un ser cómico, en ocasiones creo que simplemente debería esconderme, agazaparme bajo el edredón y esperar a que el sueño eterno viniese a por mí. Todo sería más fácil y la compasión cesaría de una vez por todas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos divagamos y muchas veces nos perdemos, hay tantas cosas en las que pensar y sobre todo el tiempo libre, el silencio y un estado de animo negativo puede jugar malas pasadas. Lo bueno es caer para levantarnos con mas fuerza.