Había sobrevivido. Estaba sola en aquella isla. El azul del cielo y la calma del océano jamás resultaron más sofocantes que en aquel instante. Se agarró los labios, intentando contener un alarido y lloró. Lloró desconsoladamente. Estaba sola. No había nadie que pudiera socorrerla. Buscó dentro de su vestido y encontró la única fotografía que conservaba de ellos. La miró y la acarició. Y se apaciguó, pero sabía que aquella serenidad se desvanecería tan pronto como mirara a su alrededor.
Los secretos de la papelería Shihodo’, el lugar donde quedarse
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Los secretos de la papelería Shihodo de Kenji Ueda, publicado por la
editorial Salamandra en su sello Narrativa Salamandra, es una apacible
lectura en la...
Hace 1 semana
1 comentarios:
Esto es de lo mejor que has escrito, y por cierto... muy en mi estilo, ¿sabes?
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