Canicas

Las canicas han caído. El suelo está inundado de color perla. Océano de ojos y de lágrimas. El silencio ha dejado de existir para dar paso al escándalo y a la inquietud. Las manos son suficientes para dejar de oír pero no son eficaces para dejar de sentir. El lamento ha caído como las canicas muy adentro. Pero las canicas dejarán de sonar mientras que su pesar será eterno.

5 comentarios:

carlos dijo...

Que profundo

José Carlos Rodrigo Breto dijo...

Si, muy bueno! Me encanta. Pesar eterno... ummm...

Nélida Devesa dijo...

Lo escribí hace tiempo pero hasta el otro día no lo publiqué, no pienses cosas raras...

José Carlos Rodrigo Breto dijo...

Pues no pensaba en nada raro, la verdad, no entiendo... bueno, me ha gustado mucho.

Nélida Devesa dijo...

Gracias, sabes que significa mucho para mí.